Dolor crónico

mjgarcia Felicidad, Psicóloga, Resiliencia, Superación

Hoy hablamos de uno de esos temas en los que hay múltiples facetas, porque donde hay una persona con dolor crónico suele haber también un cuidador y un entorno que también necesitan apoyo y ayuda para llevar esa situación adelante. Analizaremos hoy los aspectos principales del dolor y del lado del paciente, y más adelante tendremos ocasión de hablar también de la ayuda que puede necesitar el cuidador.

Dolor Crónico: Aspectos psicológicos

El dolor siempre ha sido una experiencia inherente al ser humano y que éste ha tratado de evitar ó erradicar, en la medida de lo posible, siempre. Para ello ha recurrido a todo tipo de recursos desde los antiguos chamanes hasta la medicación o la terapia. El estudio del dolor es complejo y deben de tenerse en cuenta tres aspectos primordiales:

  • La Dimensión Sensorial y Perceptiva del dolor (Intensidad, localización, duración etc…)
  • La Dimensión Motivacional-Afectiva (desagradable, aversivo, ansiedad, alteraciones emocionales, respuestas de escape y evitación)
  • La dimensión Cognitiva (pensamientos, creencias, valores culturales, experiencias pasadas etc.)

Estos aspectos tienen una principal importancia a la hora de explicar la sensación de dolor.

Cuando vivimos con dolor, con frecuencia, a la sensación dolorosa se añaden otra serie de sensaciones como la ansiedad, impotencia, el cansancio y la falta de interés por hacer cosas con las que antes disfrutábamos. El dolor nos va aislando poco a poco de la vida social, laboral e incluso familiar. Como consecuencia de todo esto aumenta la ansiedad, la depresión, el insomnio y la baja autoestima.

Es como estar en un duelo continúo con la sensación de que es interminable.

 

Cómo podemos afrontarlo

Desde la psicología se aborda el dolor crónico de forma bastante efectiva a través de distintos tratamientos que se aplican de manera personalizada. Entre otras, las terapias que más se utilizan por ser las más estudiadas y las más eficaces son las siguientes:

  • Relajación: Reducen la tensión muscular y la ansiedad, dos aspectos que hacen aumentar la sensación de olor.
  • Mindfulnes: Esta terapia se basa en enseñar a vivir el presente con atención sin juzgar ni interpretar sino en aceptar la realidad tal como es sin luchar contra ella. Este terapia proporciona una mayor calidad de vida y una disminución de la sensación de dolor.
  • Aceptación y Compromiso: Esta Terapia supone el aceptar el sufrimiento y no no usar la evitación como estrategia de afrontarlo y, por otro lado, comprometerse con objetivos vitales.
  • Biofeedback: Esta técnica tiene como objeto conseguir la autorregulación de la sensación de dolor.
  • Terapia Cognitivo-Conductual: Se ha demostrado que esta Terapia junto con la Técnica Médica ha conseguido disminuir bastantes aspectos negativos del dolor crónico.

Habría que añadir una buena comunicación entre paciente y entorno social, familia, amigos y cuidadores.  En este contexto es importante el grado de empatía, aquellas personas con un alto grado de empatía soportan mucho mejor el dolor y sus consecuencias psicológica e igualmente, el grado de empatía del entorno del sujeto también consigue hacer la experiencia menos traumática aportando tranquilidad y serenidad habida cuenta de que el dolor es una experiencia subjetiva y única para cada persona.

El profesional de la Psicología explicará al paciente que sus estados emocionales, sus pensamientos, creencias y conductas son una parte trascendental de su experiencia dolorosa y, por tanto, puede ser entrenado  con el objetivo de  que su experiencia dolorosa sea mucho más leve.

Por supuesto es un tema mucho más amplio y podríamos estar hablando largo y tendido, pero aquí quedan resumidos los aspectos fundamentales, si necesitas ampliar este tema o te has sentido identificad@ con lo que contamos y crees que te vendría bien un poco de ayuda no dudes en llamarme.