Cuentan que iban un día seis ranas paseando por el bosque cuando tres de ellas cayeron a un pozo, al darse cuenta, las demás ranas se reunieron alrededor del pozo, no tardaron en comprobar que era muy, muy profundo y empezaron a buscar cualquier cosa que les sirviera para salvarlas no hallando nada.
Viendo que sus amigas intentaban saltar o trepar por las paredes del pozo empezaron a decirles con gritos que desistieran, que era imposible, que mejor se dejaran morir porque iban a alargar su sufrimiento.
Al principio las tres accidentadas ranas siguieron en su empeño pero pronto se quedaron exhaustas y haciendo caso a sus compañeras dos de ellas se desplomaron y se dejaron morir.
Sin embargo la tercera rana en el fondo del pozo seguía intentando saltar con todas sus fuerzas sin dejar de mirar a sus amigas de arriba.
De repente, con uno de aquellos saltos la rana consiguió salir del pozo
Las otras ranas se quedaron estupefactas y le explicaron que no entendían cómo se había esforzado tanto si le estaban diciendo que era imposible.
Entonces la rana les dijo que era sorda y que ella pensó que la estaban animando para que se esforzara en salir del pozo.
Conclusiones:
- Las palabras son capaces de dar la vida o la muerte.
- Una palabra de aliento puede hacer que alguien se levante y triunfe.
- Una palabra destructiva puede hacer que alguien se derrumbe.
- Jamás hagamos caso a quien nos diga: “no puedes”.
- Seamos valientes y afrontemos los problemas con positivismo.
- Cuidado con lo que decimos y con lo que escuchamos.
Si existe la buena suerte, ésta, acompaña a los audaces.
Os deseo toda la buena suerte del mundo.