¿TIENES DUDAS?

Todos tenemos esos llamados «días malos» en los que no tenemos ganas de hacer nada porque nos sentimos cansados, estresados o tristes. Esto es normal, sin embargo, cuando esto se convierte en la regla y no en la excepción es cuando debemos plantearnos si no sería bueno buscar algún tipo de ayuda profesional.

Cuando las cosas no paran de salirnos mal o no estamos a gusto con nosotros mismos es porque, quizás, lo que pensamos o hacemos con el entorno o con nosotros mismos no es lo adecuado.

Hacer terapia «no es para locos», es para personas que están atravesando una mala temporada o no saben cómo resolver un problema que les está sumiendo en un caos de emociones. Buscar ayuda cuando se necesita es propio de personas inteligentes.

Sí. Pero se ha de tener el consentimiento de esa persona. Es muy común que sean los demás los que mejor se den cuenta de nuestros estados porque ellos están fuera del «bosque» y nosotros dentro.
No hay una frecuencia standard, está absolutamente sujeta a aspectos individuales.
Normalmente se comienza con una sesión semanal durante tres semana y posteriormente se va espaciando cada quince días, para teminar con una sesión de seguimiento mensual durante tres meses. No obstante esto no es una regla sino que se ajusta a las necesidades reales de la terapia y se llega a un consenso. Cuanto más implicada esté la persona en la terapia antes se llega a los objetivos planteados en ésta y por tanto son necesarias menos sesiones.
Vas a ser escuchado/a en un ambiente profesional pero, a la vez, cercano y cariñoso. El objetivo es dejar de sufrir.
Te va a atender un profesional con una dilatada experiencia en todo tipo de comportamientos, actitudes y trastornos psicológicos.
Estamos justo para eso, para, entre paciente y psicólogo llegar a la solución, el objetivo es que tu te sientas bien y vivas una vida plena, notarás esta sensación desde la primera consulta.
No tengas miedo, no eres un “bicho” raro, sea el problema que sea, le pasa a otras personas.
90 minutos pero no se está pendiente de esto sino de que en cada sesión se avance todo lo posible para que puedas recuperar tu bienestar.
A veces se puede hacer una estimación en la primera sesión, a veces no porque depende del tipo de problema y, sobretodo de la actitud de colaboración que tengas, del grado de implicación en la terapia, cuanto mayor sea éste más rápido se soluciona.
Esto se descubre en la primera sesión, a veces, así es, en otras ocasiones somos nosotros los que podemos estar percibiendo las cosas de manera distorsionada o podemos intentar manejar nuestros problemas cotidianos de forma no adecuada ni adaptativa.
No lo dudes, tú eres la parte principal de la terapia y mi objetivo es acompañarte y ayudarte en el camino hacia tu bienestar. Ten en cuenta que las personas que acuden a recibir ayuda porque no han podido solucionar sus problemas por si solas son siempre personas inteligentes deseando tener una vida mejor y más feliz.
A ésta pregunta se te contestará en tu primera llamada de contacto sin ningún compromiso.